Aquí viene una de esas polémicas obras que hacen que la Modern Tate sea uno de los museos más visitado del mundo desde su inauguración el año 2000. Estos dos toboganes de aluminio que bajo el título Test Site ocupan la Salas de Turbinas del museo londinense hasta el 9 de abril de 2007.
Carsten concibe el tobogán como un instrumento muy útil para nuestra vida diaria, no sólo para que los niños jueguen en los parques sino como un medio de transporte que no necesita de ningún tipo de energía para ser utilizado. Este tipo de construcción al ser utilizada modifica la percepción habitual que tiene el ser humano del tiempo y el espacio, sumiéndonos en un vértigo que hace que experimentemos sensaciones diferentes, que se resumiría en la frase del escritor francés Roger Caillois un ‘pánico voluptuoso en una mente lúcida’.
Sin duda proyectos de este tipo acercan el arte al mundo del entretenimiento, pero tampoco podemos olvidarnos que esta pieza sigue alguno de los principios universales de la escultura, y nos acerca, por ejemplo a La columna sin fin de Brancusi, o en su monumentalidad a obras como Spider de Louise Bourgeois.
¿Crees que estos toboganes tienen que estar en un museo del prestigio de la Modern Tate? ¿Te gustaría experimentar el vértigo del descenso?